Páginas

jueves, 27 de diciembre de 2012

Días de Insomnio


Imagina que llevas demasiado tiempo despierto, no importa cuánto lo intentes, tú aún no consigues dormir. Tu cuerpo está muy cansado, ya se ha vuelto tan torpe que tienes miedo de salir a la calle porque sabes que puedes tropezar y caerte en cualquier momento. Todos se reirían de ti. La gente comenzaría a decirte “no seas tonto, duerme de una vez”; pero tú sabes dentro de ti que la gente es estúpida, aunque se los digas cientos de veces, no entenderán que tu mente es la que no te deja descansar.

Esas ganas de dormir y tu frustración por no poder hacerlo van tomando el control de tu mente. Sin que te hayas dado cuenta, poco a poco has dejado de ser esa persona dulce y amable. Tu espíritu ha envejecido, ya no confías en las personas que te rodean porque no soportas que te digan que hagas algo que simplemente va más allá de tu control. Prefieres utilizar las noches para pensar en otras cosas; pero no te has dado cuenta que esas cosas en las que ahora piensas son peligrosas.

Existen tantas verdades como personas en el mundo. Tu verdad absoluta es que ya no puedes dormir.  Pero ¿qué haces cuando la parte de ti que te hacía mantenerte cuerdo se desprende? Tu falta de sueño ha hecho que esa parte también haya creado su propia verdad absoluta, pero a diferencia de la tuya, su verdad es una acusación. Tu otra parte comienza a gritar que son tus crímenes pasados los que no te dejan dormir. 

En ese momento caes y te das cuenta que ese maldito insomnio que provenía de tus miedos, culpas e inseguridades han hecho que esa mitad limpia que te quedaba se vuelva en tu contra. Esa mitad a la que pensabas conocer bien, te condena a ser un monstruo. Sí, ese monstruo al que odiaste alguna vez y creíste haber eliminado. Sólo tú sabes que esas acusaciones son  falsas, sólo tú sabes que ya has pagado por tus errores; sin embargo, nada puedes hacer para defenderte.

Sabes que esas ideas creadas por tu falta de sueño eran tus verdades absolutas; pero ahora que has caído de rodillas, con tu otra mitad señalándote con una mirada acusadora y otra verdad absoluta que te destruye, tienes que admitir que su condena es incorrecta pero justa. Sabes que tu otra mitad cree que eres el monstruo que hace tiempo dejaste atrás, cometiendo los mismo errores; sabes que te gustaría encontrar la forma de decir que te están juzgando mal; sabes que te gustaría perdonarte a ti mismo. Sabes muchas cosas, pero la más importante es que sabes que has jugado a ser el juez por mucho tiempo; y ahora, sólo eres el condenado.

Imagina  que llevas mucho tiempo sin poder dormir,  que tu mente no te permite descansar con tantas ideas en la cabeza. Imagina que tu cuerpo está tan cansado que ahora sientes que en cualquier momento vas a caer inconsciente en el piso, pero imagina que eso es lo que más deseas en este momento, porque sabes que cuando eso ocurra podrás volver a dormir como un niño pequeño. Y con un poco de suerte, quizá puedas convertirte en esa persona que te tanto te gustaría ser.

La canción  de hoy se llama Las Noches de Insomnio, perteneciente al disco Las Noches de Insomnio, de la banda española Niños Mutantes.



Carpe Diem.